La gran prueba de Juanma López

Para el boricua Juan Manuel López, el combate de este sábado ante el filipino Gerry Peñalosa, significa su llegada a las Grandes Ligas del Boxeo. No importa que su impecable récord suba hasta las 24 victorias con veintidós anestesiados. Su tercera defensa del título súper gallo de la Organización Mundial de Boxeo significa el primer gran desafío de toda su carrera.

Peñalosa permitirá saber a todos, incluyendo el propio equipo de Juanma, si el boricua ya dejó de ser un prospecto. Después que el 7 de junio del 2008 López noqueó en el primer asalto al mexicano Daniel Ponce De León, su propio equipo sembró dudas sobre su verdadero potencial cuando anunciaron que no pelearía de inmediato con los mejores. En realidad cumplieron. La primera defensa fue ante el mexicano César Figueroa, que no figuraba entre los quince primeros de ninguna organización y venía de ser noqueado por el mismísimo Ponce de León y el estadounidense Al Seeger. Prometía ser "pan comido" para López. Y así fue.

Después llegó la vez de Las Vegas. En la cartelera de Manny Pacquiao-Oscar de la Hoya, enfrentaba al argentino Sergio Medina. Terminó en escándalo. El argentino "se tiro" tras recibir los primeros golpes. Luego dijo que lo habían amenazado de muerte si no lo hacía. En Buenos Aires asumió su mentira y el bochorno.

En el camino hubo mucha artillería verbal sobre los posibles rivales que aspiraba enfrentar López. Hablaron de Israel Vázquez, pero ya todos sabían de sus problemas de retina. Se podía pensar en Rafael Márquez como sustituto de lujo, pero no lo mencionaron. El panameño Celestino Pelenchín Caballero, que suele retar a todos sus colegas campeones, en más de una oportunidad dijo que quería medirse con Juanma. Sobre esa posibilidad, el manejador de la carrera del campeón boricua, el conocido promotor Peter Rivera aceptó que podría ser una opción para su pupilo, pero evadió el compromiso, alegando "que no sería una pelea atractiva para la televisión" (¿?).

Por ello, luego de dos defensas para el olvido a López le llega la hora de mostrar sus credenciales. Indudablemente Peñalosa es el aperitivo, antes de medirse con los rivales de primera línea (Márquez, Vázquez, Caballero, Jhonny González). El filipino tiene experiencia, ha enfrentado y vencido a rivales de respeto. Muchos coinciden en apuntar que en la derrota sufrida ante Ponce de León, por ajustado margen en las tarjetas, en realidad le robaron la victoria. Ha vencido sus tres últimas peleas, dos de ellas por KO a rivales altamente calificados.

Peñalosa, campeón gallo de la OMB, es aguerrido, asimilador y le gusta presionar durante todo el combate. Increíblemente convierte su baja estatura en un beneficio a la hora de castigar en la zona media a sus rivales. Gonzalez sabe mucho de eso. Lo estaba venciendo claramente, cuando el filipino aplicó un gancho al higado noqueando al mexicano. Por si fuera poco, a Peñalosa lo prepara el viejo zorro de Freddie Roach.

López es favorito, no podemos engañarnos. Sus números llaman al respeto para su favoritismo. Es letal cuando lanza sus combinaciones y hasta el presente ha mostrado una devastadora contundencia. A diez de sus 24 rivales, los ha noqueado en el primer asalto.

Obviamente el tamaño de las victorias, siempre se mide de acuerdo con el tamaño de las condiciones, no del vencedor, si no del derrotado. En este aspecto Juanma , aún debe graduarse. También deberá demostrar su capacidad de convivir con la euforia de sus fanáticos y la presión de pelear en su propio patio.

Por ello lo escrito al comienzo, ¡Bienvenido campeón a las grandes ligas del boxeo!