Citi Field impulsará marca "Mets"

NUEVA YORK -- Los Mets abrieron una nueva era de su historia con la apertura oficial del nuevo parque Citi Field. Una era que podría depararle más respeto y presencia, en su ciudad y en las Grandes Ligas.

Una entusiasta fanaticada acudió en masa para darle la bienvenida a la bella instalación que combina el sabor de grandes momentos del pasados con las exigencias de los nuevos tiempos.

Ellos vinieron para saludar a los Mets por primera vez en la temporada, pero sobretodo para ser testigo de la presentación en sociedad del Citi Field, que sustituye a partír de ahora al infuncional Shea Stadium.

Lamentablemente no tuvieron mucho que celebrar al final, cuando los Mets no pudieron capitalizar un jonrón de tres carreras de David Wright, que empató el juego 5-5 en la quinta entrada, y terminaron perdiendo 6-5 ante San Diego en su debut en casa.

Pero a largo plazo, el parque de 800 millones de dólares y 42 mil asientos deberá maniobrar como un catalizador para impulsar el actual renacer de los Mets, un equipo acostumbrado a vivir bajo la sombra de sus poderosos vecinos, los Yankees, en "la capital del mundo", y de Dodgers, Gigantes, Filis y Cachorros en la Liga Nacional.

Desde su ingreso a las ligas mayores en 1962, "el otro equipo de Nueva York" ganó dos títulos de la Serie Mundial (1969 y 1986) y cuatro campeonatos de liga (69, 73, 86 y 2000), pero nunca ha conseguido el respeto o la popularidad que tienen otros menos ganadores, como Chicago, que no celebra hace 101 años, o los Gigantes, que nunca han ganado un título desde que se mudaron de Nueva York a San Francisco, en 1958.

Peor aún, jugar en la ciudad más famosa del mundo no ha garantizado atención y prestigio a unos Mets, que lastimosamente han tenido que conformarse con las migajas que caen de la mesa de sus poderosos vecinos del Bronx.

Los Yankees no solamente tienen más de un siglo jugando en la ciudad, sino que además es la franquicia deportiva más ganadora del deporte profesional, con 26 títulos de la Serie Mundial. Y, curiosamente, también inauguran esta semana un majestuoso parque que costó casi el doble (1,500 millones) que el de los Mets.

Un nuevo hogar no resolverá las grandes diferencias entre los dos equipos, pero al menos servirá para levantar la moral de los jugadores y aficionados de los Mets.

"Es una casa magnifica, una casa especial. En este estadio nadie está lejos, el parque abraza el juego", dijo el gerente general de los Mets, el dominicano Omar Minaya.

"En una casa nueva todo luce perfecto, todas las áreas, pero nos tomará tiempo acostumbrarnos al parque", dijo el jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán.

La novedad del nuevo estadio con aires de antigüedad y una nómina de lujo (149,3 millones, la segunda más cara después de los Yankees y sus 201,4 millones) ha puesto a suspirar a los aficionados de los Mets, que aparentemente perdonaron los desgarradores descalabros del club en septiembre en las pasadas dos temporadas.

Pero Minaya está claro acerca de la fragilidad del matrimonio con los fanáticos si los Mets no comienzan a apilar triunfos.

"Hemos tenido un buen equipo en los últimos años y debemos continuar ese ritmo y mejorarlo, llegando y ganando la Serie Mundial", dijo Minaya, quien aparentemente no titubeará en ir al mercado de mitad de temporada si hay piezas valiosas en oferta.

A pesar de que el Citi Field tiene una capacidad inferior en casi 15 mil fanáticos con relación al Shea Stadium, el nuevo parque permitirá a los Mets mejorar sus ingresos por boleteria. Para esta primera temporada están vendidas las 49 suites de lujo, que alcanzan precios de hasta 500 mil dólares cada una, así como la mayoría de asientos caros.

Solamente por los derechos de nombrar el parque, el Citigroup deberá pagar a los Mets 400 millones por los próximos 20 años.

Todo ese movimiento económico facilitará la adquisición de piezas claves para mejorar el producto en el terreno, pero también podría agregar más presión a las atribuladas estrellas metropolitanas.

"La presión de ganar estará siempre con nosotros, por las cosas que han pasado en los últimos años, pero pienso que mejoramos nuestra gran debilidad, que era el bullpen, y si nos mantenemos saludables, podremos conseguir el objetivo", dijo Beltrán.

Y el objetivo, además de ganar, es conseguir respeto y atención para una organización que busca su propia identidad más allá de ser simplemente "el otro equipo de Nueva York" y "uno más del montón en la Liga Nacional", y en ese plan, el Citi Field deberá jugar un rol protagónico.